Artesana textil en horquilla, de la localidad de Putaendo, en la Región de Valparaíso, oficio en el que lleva más de 20 años. Cuando era niña, su bisabuela le enseñó a tejer con horquilla: un pequeño telar vertical que se usa junto a un crochet para tejer productos totalmente hechos a mano: sin costuras, máquinas ni herramientas de taller. El chal es su prenda estrella, la que teje en diversos materiales y diseños, con el fin de rescatar esta prenda histórica femenina del olvido. En los últimos años ha sumado a su colección vestuario infantil y accesorios femeninos, que teje con cobre reciclado. Justamente eso caracteriza su trabajo: usa tanto materias primas vegetales (algodón que ella misma produce) como animales (lana de oveja, alpaca o llama que ella misma limpia, lava, escarmena e hila) y material reciclado (cobre) para tejer. El resultado son prendas y accesorios con diseños únicos y elegantes.