“Cestera huilliche, heredera de la tradición ancestral en boqui fuco, fibra natural que crece en los bosques húmedos de San Juan de la Costa.
Ella misma busca y extrae el material y lo prepara para tejerlo: chamusca el boqui, lo remoja un par de días, raspa su corteza con una chaveta o cortaplumas, selecciona las varillas por grosores, los deja secar, los parte y pule. Solo entonces el material está listo para ser tejido a mano. “Con sesenta hebras se tejen cuatro o cinco canastos”, cuenta.
Su trabajo, en el que la acompaña su esposo, Jerónimo Cheuquián, se distingue por su alto grado de maestría que le permite confeccionar canastos, bandejas, paneras y balai. Sello Excelencia a la Artesanía 2014”.